El velo de la novia siempre ha tenido su significado, aunque con el tiempo ha ido cambiando y ahora son muchas las opciones para elegir el velo que mejor le va a nuestro vestido, a nuestra personalidad y a nuestra boda.

En las antiguas Roma y Grecia, protección

Las novias de la antigua Roma y Grecia portaban el velo para protegerse de los malos espíritus y augurios como el “mal de ojo” ocasionado por la envidia que podían sentir otras mujeres al ver a la futura esposa caminar hacia el altar.

En aquel entonces, los velos largos y traslúcidos estaban de moda. No solo cubrían la cara, sino que llegaban hasta los pies e incluso se impusieron durante siglos a los vestidos de novia sencillos. Se usaban en colores vivos como el amarillo y rojo.

En la Edad Media estaba asociado al lujo

En la temprana época medieval, el velo de novia mantenía su instinto protector. Fue con las nuevas formas de gobierno y la consolidación de la pirámide de clases sociales que la alta y baja Edad Media trajeron consigo, cuando se convirtió en símbolo de opulencia y poder. A juego con los vestidos rojos y bordados dorados, se usaban velos elaborados a mano y su importancia recaía tanto en la riqueza de las telas como de los adornos.

Hacia el Renacimiento, el color no suponía un significado en particular. Sin embargo, las perlas, diamantes y otras piedras preciosas incrementaron el valor de la prenda, haciéndola asequible y apta exclusivamente para la nobleza.

 

Desde los pueblos bárbaros Novias “robadas”

 

En los pueblos bárbaros de Europa septentrional, el velo gritaba “¡novia robada!” y solo las mujeres que habían sido secuestradas lo usaban.

En otros países esta tradición se mantiene viva de una forma curiosa. En las bodas rusas y rumanas, son los amigos quienes secuestran a la novia y piden un rescate que puede ser una botella de vodka o whisky, pensamientos de amor cortos o lo que a los “secuestradores” se les ocurra. Una vez negociada la liberación, la fiesta continúa.

 

Oriente, matrimonios arreglados

En las culturas de Oriente, los matrimonios eran convenidos por las familias de los novios. Por esta razón, la novia cubría su cara con el velo y el novio lo levantaba al término de la ceremonia para ver su rostro por primera vez. De esta forma, nadie se rechazaba y se velaba el cumplimiento del trato.

La tradición musulmana fue más estricta. Cada vez que la mujer salía de su casa, debía ocultar su cabeza y parte del rostro. Con el paso del tiempo, se hizo aún más rígida y solo se permitió que los ojos quedaran al descubierto. Los velos debían llevarse de por vida. Las mujeres solteras como señal de modestia y las casadas como indicio de sumisión a sus esposos.

 

 

Interpretaciones religiosas

Además de aspectos culturales, la religión ha contribuido al significado del velo y cada culto aporta lo suyo. En un principio, el concepto del ajuar nupcial partía de una premisa general: el vestido es a la carne, lo que la tienda es a la familia. En donde el velo funge como dicha tienda y, a su vez, representa el techo del nuevo hogar y la protección divina sobre la nueva familia.

 

En el catolicismo, simbolo de pureza

En la Iglesia católica, el velo originalmente expresaba el retiro de la vida exterior y resguardaba la virtud de la novia. El rostro velado se traducía en castidad y entrega total al esposo. El blanco enriqueció el significado de esta prenda y a partir del siglo XIX la reina Victoria de Inglaterra lo instauró junto al vestidos de novia corte princesa de carácter barroco como estándar nupcial.

 

En el judaísmo, Santidad para la novia

De acuerdo a la religión judía, cuando las parejas se posan bajo la jupá (palio nupcial), sus almas se sublevan, sus diferencias trascienden y se convierten en uno. El estado de elevación se manifiesta con más fuerza en la novia. Su rostro emana una luz intensa que denota santidad y esta requiere privacidad. Por eso, se cubre con el velo.

El rostro se devela antes de comenzar la ceremonia como muestra de que la belleza espiritual se antepone a la apariencia física. Aunque el mensaje del acto también se remonta a la boda de Jacob y Lea.

 

Cultos cristianos, ofrenda

En las celebraciones cristianas, tanto la novia como el novio portaban coronas confeccionadas con flores y ramas en alusión a los sacrificios que les deparaba su nueva vida en matrimonio. Hoy los tocados florales se ven mucho con los peinados de trenzas modernas.

 

Hoy, un sello persona

En la actualidad, es una extensión de la personalidad. Más que una imposición, el velo puede reflejar convicciones religiosas, afecto por las tradiciones o simplemente gustos, cada vez son más las que lo usan como accesorio para complementar su look.

¿Y el estilo del velo? Liso, con encaje, de color… Tendrás que adaptarlo al toque que le hayas dado a tu vestido de novia. “Seas una novia clásica, sofisticada, bohemia, romántica o atrevida.

Ten en cuenta que deberás escoger el más adecuado según el vestido que vayas a llevar, el tipo de boda, la ceremonia y, sobre todo, tu personalidad. Escoge el velo con el que te sientas cómoda y que te haga lucir como quieres. Recuerda que el velo es un complemento del vestido y después de la ceremonia podrás quitártelo para estar más cómoda.

 

 

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